miércoles, 21 de septiembre de 2011

TEMPRANILLO



Hay días carentes de emoción
y otros tantos llenos de pecado
todos nacen de una canción
o quizás de algo inesperado.

Hay vidas carentes de amor
y unas cuantas amadas de más
¿es posible acaso amar de más?
o es sólo frío maquillado de calor.

La ignorancia es a los sueños de saber
como el dogma es a la fé
un silencio extenso, una pausa, yo no sé,
algo que quita brillo al más querer.


martes, 20 de septiembre de 2011

Las decisiones que tomamos


El día de ayer salí de trabajar ligeramente tarde y fui a casa. Yo sabía que mi esposa no estaba, pues ella sale de trabajar un poco más tarde que yo, por lo que tenía dos opciones, o me sentaba a descansar un rato, ver televisión, revisar mi facebook, escribir un poco, o me acordaba que tengo un hogar de dos que requiere el cuidado de dos y avanzaba las cosas de la casa antes que ella llegue a hacerlas sola. Opté por lo segundo, opción que últimamente decido tomar pues me di cuenta que donde viven dos, comen dos, disfrutan dos, pues también barren, lavan, secan, sirven, cocinan y ordenan DOS. Me sentí bien, incluso busqué que más hacer una vez concluido lo “básico” de la lista. Calculé además bien el tiempo, pues mi esposa llegó casi cuando había terminado así que nos dio tiempo de cenar juntos y conversar sobre nuestro día. Si hubiera optado por lo primero me sentiría más descansado y ella hubiera llegado a hacer todo lo que yo hice sin reprocharme nada, pero la cena juntos se hubiera perdido y la oportunidad de compartir también.

Cerca de las 10pm teníamos que decidir si irnos a descansar o ver una película que nos lleve hasta medianoche y por ende, nos robe sueño para el trabajo de hoy. Insistí, la verdad que bastante, y optamos por ver la película, paradójicamente una película sobre decisiones. Aunque ya en este punto empiezo a sentir que todo es decisiones. Decidimos entre tres “finalistas” y nos sentamos a ver “UN SUEÑO POSIBLE” con Sandra Bullock, película que le valió un Oscar que, luego de verla, debo decir lo tiene muy merecido. Para resumir y sin malograrle el interés a quienes no la vieron aun, trata sobre la decisión de una mujer que lo tiene todo de complicar su vida, su seguridad, su círculo íntimo y social y a su familia por la necesidad de ser ella misma, de no escapar de su esencia y apostar por quien nadie nunca ha apostado simplemente porque es lo correcto y porque ve en una necesidad ajena, una necesidad propia. Ella decide complicarse y eso la hace feliz, la hace sonreir, la hace sentirse bien, por más que pase lo que pase, que las cosas salgan bien o mal, que la consecuencia sea la que sea, su corazón sonríe y es feliz porque siente que es consecuente consigo misma al hacer lo que hace. Tiene el apoyo de su familia, que no se lo daría si no fuera un matrimonio sólido de dos que saben quiénes son y porqué están juntos y unos hijos que se formaron en ese matrimonio. Decidir complicarse cuando lo tienes todo me hace pensar que vivir complicado cuando empiezas a querer tener algo no es tan mala idea. Mi esposa y yo vimos mucho de nosotros en esa pareja, fue gratificante y una buena decisión sacrificar sueño por verla.

Las decisiones que tomamos nos llevan a la vida que tenemos, somos consecuencia de ellas y por más que algunas veces nos arrepentimos no podemos cambiarlas, solo tratar de cambiar sus consecuencias en el camino. Yo debo haber tomado más de una tonelada de decisiones equivocadas en mi vida, pero algunas buenas decisiones que tomé le permiten a mi corazón sonreir. Decidí cuando tuve edad para trabajar y pudiendo ganar bien creyéndome joven para siempre, estudiar y terminar con mucho esfuerzo mi carrera profesional. Decidí, cuando los caminos profesionales estaban pavimentados para mí de buenas oportunidades, apostar por mis iniciativas de negocio, de independencia, de emprendimiento. Es quizás en esta etapa donde cometí muchos errores pero de ellos aprendí y, paradójicamente, esa necesidad de huir de lo convencional fue lo que me formó y me permite hoy hacer lo que hago. Decidí, cuando más de un doctor decía que no había nada que hacer por mí, vivir y superar lo aparentemente insuperable. Decidí, cuando lo lógico era evitar problemas y seguir mi camino, apostar por lo que creí ver en el fondo de unos ojos iguales a los míos y luchar con uñas y dientes por el amor de mi vida, luchar contra todo y todos, contra el mundo, la gente, la familia, yo mismo y muchas veces contra ella incluso por esa certeza que me dictó el corazón. Hoy es mi esposa y con todo lo bueno y malo del día a día, tomé la mejor decisión de todas y no me arrepiento ni por un segundo cuando miro atrás y recuerdo por todo lo que tuvimos que pasar para estar aquí, complicándonos la vida con nuestras decisiones. Decidí luego de mucho tiempo vivir en paz con quienes me aman y me lo demuestran a su manera, como mi madre o mi abuela, con quienes puedo discrepar mil veces pero desde siempre y para siempre son las referentes más importantes de mi vida y doy todo por ellas todos los días. Decidí poner mi vida en orden, en paz, en balance.

Somos lo que decidimos, pero muchas veces olvidamos que también hay otras personas en el mundo que están tomando decisiones y muchas veces olvidamos que esas personas están decidiendo pensando en nosotros, así que cuando tomemos decisiones, que sea para no defraudar a quienes deciden apoyarnos pese a todo, estar con nosotros siempre y vivir la vida a través de nuestras decisiones.

lunes, 19 de septiembre de 2011

PROHIBIDO

Eclipse total
planeta perdido
momento inmortal
hermoso y prohibido.

Dos sueños distintos
un mismo camino
dos cuerpos unidos
por azar del destino.

Sensación de vacío
de falta de aire
un calor que da frío
suavidad y donaire.

Algo íntimo y privado
solo dos lo experimentan
todo queda despoblado
solamente ellos cuentan.

Es la fuerza de atracción
que clava su estocada
cuando sin franca intención
cruzamos la mirada...