miércoles, 26 de diciembre de 2012

El miedo a morir

 
 
Entiendo que el mundo no sea sencillo y me siento afortunado de ser amado y cuidado. Entiendo que existe mucho stress, desigualdad e incomprensión en el mundo y esto cambia según cada quien y cada realidad… pero que de un momento a otro todo cambie tanto que de pronto el cielo ruja sobre mi cabeza dejándome sordo y brille dejándome ciego con destellos que solo pueden significar el fin del mundo como lo conozco, no lo entiendo. Yo les puedo decir lo que es sentir de verdad el miedo a morir, entender que en la siguiente explosión allá afuera, mi vida terminará aquí dentro.

 
Yo vivo feliz con mi familia, soy afortunado, en la calle hay muchos que no lo son y que diariamente deben buscar que comer o donde dormir, no quiero ni pensar como fue para ellos la noche de terror en que el cielo nos cayó encima. Solo puedo contarles como fue para mí.

 
Desde que el sol empezó a irse esa noche, a lo lejos se escuchaban algunas explosiones que tímidamente anunciaban lo que se venía para mí. Fueron aumentando y me fui preocupando, se sienten muy cerca. El sol ya se ocultó, sin embargo veo en el cielo explosiones de luz que no pueden significar nada bueno, de pronto una detonación suena casi a mi lado y siento pánico por primera vez. Luego otra y otra. Mi corazón late muy aceleradamente y siento que podría detenerse, rendirse de miedo en cualquier momento. Las explosiones aumentan, el aire silba por todos lados y el infierno se desata sin yo poder entender por qué debo vivir algo así o cómo defenderme. Tengo mucho miedo, la hora avanza y todo sólo empeora, ya me cuesta respirar de la angustia que siento, el espacio para moverme es limitado y solo atino a ir y venir una y otra vez. No quiero morir, tengo mucho miedo y cada ruido me asusta más.
 
 
Mi familia me busca, llega a mi encuentro y me abraza, parecería casi que sienten miedo por mí antes que por sí mismos. Los amo mucho, pero el terror que siento es tal, es tan fuerte, que no siento deseos siquiera de estar con ellos, sin embargo me transmiten un mínimo de seguridad que compensa esta tortura de explosiones. De pronto, como una sincronizada oda a la muerte, el mundo entero explota en mi oído y el cielo se enciende por completo. Mi corazón ya no puede más ni yo tampoco, jadeo cansadamente abrumado por el terror. Pienso en los que no tienen familia, en los de la calle, en los sin techo. Pienso en que moriré en segundos, pienso en que no sé lo que pasa ni puedo entender tanta locura y la locura solo aumenta. ¡BOOM! ¡BOOM! …¡BOOM! …BOOM me duele el oído …BOOM me duele el corazón …BOOM mi garganta se seca …BOOM mi mente colapsa …BOOM …¡BOOM! …¡BOOM! ¿Por qué? ¡¡¡BASTA!!! ¿¿¿POR QUÉ????
 
 
NOTA DEL AUTOR:
Finalmente, aunque la locura terminó, pasaron muchas horas antes que la mascota de la familia saliera del fondo de su casa de madera. La cantidad de pirotécnicos explotados en la ciudad de Lima este año fue tal que en sus ojos solo había pánico aun horas después. Con el pasar del día, fue saliendo y poco a poco fue recuperando la confianza aunque aún se sobresalta. Seguro en pocos días se le verá más normal, más seguro aunque NUNCA volverá a ser el mismo. Falta Año Nuevo. Falta vivir lo mismo una y otra vez cada año. En mi corazón tengo a muchas personas a quienes quiero y respeto pero si en sus manos hubo un pirotécnico, el que sea, perdónenme pero los quiero y respeto menos.
 
Ojalá un día se termine para siempre esta tortura insensata en la que creemos que destruir nos traerá algo bueno.
 
 

martes, 25 de diciembre de 2012

Manifiesto 2012-2013

La definición de ser feliz es ambigua incluso en la mente de una sola persona pues es capaz de cambiar según el tiempo y las experiencias te van definiendo y redefiniendo los conceptos. Dicho esto, lo que siempre se ha mantenido constante en mi vida es el deseo de ser feliz y debo decir que cada año la vida me ha permitido serlo de una forma especial, diferente y enriquecedora.
 
Escribo las líneas de este nuevo manifiesto a la par que leo los anteriores y me doy cuenta que vivo mucho de lo que prometí. Efectivamente, ante la prisa respiro y hago una pausa. Ciertamente rio abiertamente cuando tengo deseos y disfruto de quienes amo, tratando de alegrar la mayor cantidad de corazones que me sea posible. Dudo agradarle a todos los que me hacen creer que es así, pero no es algo que me preocupe ni pienso que sea posible, aunque si busco en las miradas de rechazo las razones que me hagan ser mejor para los que amo. Ofrecí el beso intenso y el abrazo inesperado todos los días para el amor de mi vida. Siento que cumplo, siento que me falta siempre darle más pero creo honestamente, que hago feliz a mi esposa.
Este año que termina ha sabido resumir las promesas de todos los manifiestos anteriores, ha sabido ser el mejor año de nuestras vidas y está sabiendo irse para darle paso al nuevo mejor año de nuestras vidas. El 2012 se llevó promesas cumplidas del viaje soñado, los logros académicos y la realización profesional. Me dejó varias tareas pendientes como de verdad, pero de verdad escribir más seguido, tarea para la que soy errático y disipado. Igualmente la tarea de ejercitarme seguido, cosa que deje de hacer hace ya algún tiempo en perjuicio de mi salud física y mental. Creo que las tareas pendientes tienen que ver con que me dejé a mí mismo de lado para dedicar el 2012 a crear bases sólidas para la familia y eso está bien, sin embargo creo también que puedo darle un poco de espacio y algo de tiempo a las tareas pendientes otra vez, así como a la labor social que tanto amamos mi esposa y yo.
En lo que respecta a dos de mis ejes más grandes en la vida, creo que con mi Mamama quien ya va para los 99 años, he cumplido. Sigo siempre tratando de darle alegrías desde lo mínimo de un gustito hasta lo sublime de estar juntos, sin embargo la vida es la vida y sé que cuando el día llegue sentiré la satisfacción de haber dado todo por ella, gracias Dios por esa oportunidad. Con mi Madre sigo en la búsqueda de llenarla de luz, de alegría, de tranquilidad. Hemos avanzado mucho, pero aun la vida nos debe el tiempo y la oportunidad de verla brillar como sé que mi Madre puede y quiere. La amo con toda el alma y no descansaré hasta que así sea.
 
El 2013 será el mejor año de nuestras vidas porque será el año a partir del cual jamás volveremos a dormir, a estar solos, a tener silencio, a vivir sin preocupaciones. Será el mejor año de nuestras vidas porque dejaremos de ser esposos para adicionarle a ello el ser PADRES. Nuestra pequeña Fernanda llegará en febrero para tomar posesión de nuestras vidas para siempre y se lo permitiremos, le regalaremos nuestros corazones y nunca más vamos a querer recuperarlos.
Es por eso que pese a tener muchos propósitos, mi manifiesto de este año tiene un solo compromiso neural y ese es DEDICAR MI VIDA A MI ESPOSA E HIJA. No tengo nada más que decir este año salvo que soy inmensamente feliz.
 
Y cierro este nuevo Manifiesto como siempre, con estas palabras que ya están en mi ADN:

“Demando de todos los que lean este manifiesto a cobrarme cada palabra como deuda y a exigirme esa sonrisa real, esa sonora carcajada, ese amor incondicional que me atrevo a ofrecer en estas líneas. Los convoco a ser parte de mi vida para así yo poder decir que soy feliz, los invito a mis sueños y a compartir juntos una sola gran idea, un bello concepto llamado esperanza. Les pido paciencia y tolerancia cuando ni yo mismo me soporte y a cambio tienen en mí la lealtad de un amigo sincero, les regalo mi tiempo a cambio de nada, les pido el suyo cuando crean que podamos compartirlo.

En suma y en resumen, proclamo que soy feliz. Ofrezco seguirlo siendo y espero ser capaz de dar más felicidad de la que reciba hoy, el año que viene y los sucesivos. Es todo lo que puedo prometer, lo demás que venga solo!!!”
 

lunes, 17 de diciembre de 2012

La chica y el loco


Es claro que si una chica sale de la consulta con su ginecólogo pues le toca su chequeo de los seis meses de embarazo, lo único en lo que puede pensar es en su bebé, en lo que le dijo el doctor y en lo que tiene que hacer para que todo siga muy bien. Además, claro está, sale llena de ilusión, acaba de escuchar el corazón de su bebé, acaba de ver su cuerpecito moverse en la ecografía, acaba de sentir un poco más de cerca la maravilla que ocurre dentro de ella. Sale en las nubes, eso es normal.

Esta chica en particular, salió de la Clínica Santa Isabel efectivamente muy contenta, caminó hacia el cruce de Guardia Civil con Javier Prado y, en el momento que cruzaba Guardia Civil, en sentido contrario venía un loquito como tantos otros nos cruzamos todos los días, como de los que algunas veces nos reímos, como de los que nos alejamos (puede ser violento), como los que andan cochinos, barbones y medio calatos. ¡Un loco pues! Pasa nomás y sigue tu camino.

La reacción de la chica me llamó mucho la atención. Se cruzó con el loquito y volteó a verlo irse con cara de conflictuada, como entristecida. Siguió cruzando la calle y al llegar a la esquina se detuvo en un puesto ambulante de venta de golosinas y bebidas. Compró un paquete de dos kekitos y un jugo en botella de plástico de medio litro. En ese momento dejó de pensar en ella, en su barriguita, en el mundo maravilloso de ser madre. En ese momento solo pudo pensar en lo injusta que es la vida para algunos y en lo dura que es la sociedad con quien mas la necesita. Caminó sobre sus pasos y siguió al loquito hasta la mitad de la siguiente cuadra, casi llegando a Aviación. Lo alcanzó. Se paró a su costado y sin temor alguno le dijo “señor, tome”.

El solo hecho de escucharse llamar “señor” produjo una reacción de desconcierto en esta persona claramente necesitada de ayuda. Alargó con desconfianza la mano y tomó los kekitos, luego el jugo. Se quedó paralizado sobre el sitio y mirando a la chica de lado, no directamente. La chica lo miró y le dijo “que lo disfrute”, para seguir luego su camino hacia Aviación. Yo caminaba a su lado, hasta ese momento mudo testigo (y algo a la defensiva) de la magia del amor en el corazón de este increíble ser humano. Avanzamos algo más de media cuadra y me pidió que voltee a ver si estaba comiendo, efectivamente lo hacía destrozando el empaque. Bebió el jugo casi de un solo trago y luego de unos segundos de pausa, siguió su camino.
 
 

Mi esposa es esa chica, quien una vez más me dio una lección que difícilmente alguien tiene la suerte de recibir. Ella me dijo como explicándome el por qué hizo lo que hizo, lo siguiente: “Imagínate si alguien le da dinero y quiere ir a comprar algo, dudo que alguien le venda o sepa cómo hacerlo. Además, nadie lo ayuda por miedo o falta de importancia ante su necesidad. No se puede comunicar, no sabemos si alguien lo busca o lo extraña, después nos sorprendemos con tanto caso de desaparecidos y uno de ellos podría ser él, no podía pasar sin hacer nada. Igual siento que no hicimos nada”.

Esa chica es mi esposa y si hay algo de lo que estoy seguro además del increíble ser humano con el que me casé, es que nuestra hija será educada en la solidaridad, el amor por el prójimo y la búsqueda de la felicidad en base a producirla en otros. Te amo esposa mía, gracias por ser mi gran maestra en la vida.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Hoy no lo hago, mañana si


Hace menos de un mes que cambié de trabajo y no he hecho otra cosa desde entonces que absorber mucha, pero mucha información en muy poco tiempo. ¿Inducción dices que se llama? Es fascinante y me encanta, como en su momento amé mi trabajo anterior, pero no puedo dejar de pensar en lo absorbente que hasta ahora resulta el día a día y en la pila de cosas que se me están acumulando por falta de tiempo, ya que mi día empieza a las 5.50am y termina (o cierro los ojos) en promedio a la medianoche, no dejando mucho tiempo para las cosas que realmente importan:

1.       Hace días que no me siento a abrazar a mi esposa sin prisa. Si, nos besamos y abrazamos a diario y nos amamos más cada día, pero ese momento tonto, limpio, en que solo caes al sillón y te abrazas, sueñas, vuelas, ese momento en que las palabras sobran y los ojos se encargan de la conversación, en que el ciclo vuelve a empezar, lo estoy descuidando por apuro, cansancio y pendientes. Perdón mi amor, hoy caemos juntos como nos gusta y a hacerlo seguido como siempre.

2.       Te quiero con el alma madre mía, te adoro mamama. Las amo doñas de mi vida. Si pues, siempre asumidas esas palabras, el tiempo de conversar solo alcanza para contarles el día de trabajo y hay días que ya ni hablamos. Hoy se los diré, hoy, no mañana.

3.       Hijita linda, diariamente pateas la pancita de mamá y mamá me toca el hombro para ver como mi hija, MI HIJA, nos dice “aquí estoy” y muchas veces volteo solo para que te quedes quietecita. Entonces vuelvo a lo que hacía y nuevamente pateas. No es que esperas que me voltee, es que yo no te estoy esperando como debería, digo que eres mi mundo y me estoy perdiendo muchas de tus pataditas, no más.

4.       Me peino, me aseo, me afeito. No me veo. Un momento del día tiene que ser para mí, para ver en el espejo a ese loco que creció y que ya tiene no pocas canas, a ese atolondrado que maduró y que ya no tiene patas de gallo solo cuando sonríe. Tengo que verme mas antes que deje de reconocerme, así será.

5.       Tiempo sin escribir, resuelto.

 
Mi lista continua, pero creo que no es solo mía. Yo seguiré repasándola en privado, sugiero que hagan lo mismo. Mañana no existe, ayer ya pasó. Solo tenemos HOY, solo tenemos HOY, solo tenemos HOY. Y se nos está pasando…