viernes, 30 de diciembre de 2011

De la granada, el tigre y la puerta

Creo que la mejor forma de terminar este 2011 lleno de buenos momentos y otros tal vez no tan buenos pero de los que se aprende, sería reírme de mi mismo contándoles tres experiencias increíbles y totalmente fuera de lo común que me pasaron a lo largo del año.

De la granada

Recuerdo ese día, ese momento con claridad. No se porque pero estaba en campo abierto, había muy pocos lugares para esconderse y me quedé oculto tras una roca pegada a un árbol que me daba su sombra. Delante mio, como a 50 metros estaba la casa. Era vieja y en ruinas, pero no estaba abandonada. Yo estaba correctamente uniformado, con mi casco y mi fusil listo para atacar, pero primero debía saber cuantos había en la casa, su determinación a atacar y su capacidad ofensiva. No me tomó más de unos pocos segundos para ver que solo había uno en una ventana del segundo piso y que no estaba muy deseoso de luchar. Empecé a disparar pero no lograba que mis disparos dieran en el blanco y la gruesa madera retenía las balas como para darle a través de la pared. Decidí que debía tomar la iniciativa y salí al frente, dejando la protección de la roca y la sombra del árbol, me enfrenté a pecho descubierto al enemigo buscando apuntar más certeramente y liquidarlo. Mientras hacía el movimiento, me vio. Casi creo que sonrió al llevarse la mano al pecho y jalar una granada de mano. Vi claramente que tiró del seguro y con asombrosa puntería me la lanzó. Pude ver la granada tipo piña volar en arco hacia mí y me agaché, logrando que pase sobre mi cabeza y caiga detrás mio uno o dos metros pero claro, ES UNA GRANADA… LAS GRANADAS EXPLOTAN!!! En cuanto escuché que tocó tierra, di un enorme salto hacia adelante para evitar la explosión y la onda expansiva, rodé lo que pude, me agazapé y me protegí con manos y pies haciendo un escudo con mi propio cuerpo, esperando la explosión.

El tigre

Se suponía que sería un muy bonito día de sol y excursión. Algo así como un safari fotográfico a campo abierto, pero en una zona segura. Mi esposa y yo estábamos bastante entusiasmados, ella algo temerosa y por  momentos culpándome por estar ahí en aparente peligro, pero igual con el entusiasmo de ver a animales en su hábitat. De hecho sería toda una experiencia. Todo iba bastante bien, paramos en un lugar que nos dijeron que sería seguro para beber agua, comer algo ligero y ponernos a la sombra para evitar el sol que a esa hora superaba fácilmente los 40°. De pronto escuchamos ruidos a un lado del grupo, como la hierba seca cuando se quiebra y vimos a no más de 10 metros un hermoso tigre de bengala, enorme, imponente, pasando como si no nos viera. Todos de manera natural volteamos a ver al guía para, con la mirada, consultarle si eso era “normal” y su cara de absoluto pánico nos dio la respuesta. Era un tigre que se extravió de su grupo o decidió explorar lejos de su ambiente y que en el camino se topó con nosotros. La camioneta arrancó y se dirigió hacia el tigre para buscar distraerlo, pero solo logró que se asuste y se mueva hacia nosotros, con lo que el grupo se separó. Yo tomé a mi esposa del brazo y nos movimos hacia el árbol pensando en ganar altura, pero para nuestra mala suerte, el tigre nos vio y decidió empezar con nosotros, así que inició medio a correr y a acercarse. Me coloqué delante de mi esposa para cubrirla con el cuerpo cuando a 5 metros para llegar, el tigre dio un gran salto buscando caer sobre mí. ¿Qué podía hacer? Me agaché un poco con lo que alcancé a ver su vientre y me pareció que podría intentar golpearlo ahí. Todo esto en cuestión de segundos. Me aluciné dentro de un videojuego y estiré fuertemente la pierna empujándome del suelo con las manos. Le di en el centro, entre las costillas y el vientre, sentí el golpe y ambos caímos pesadamente en direcciones contrarias. Le dije a mi esposa que corriera mientras veía al tigre reponerse y buscarme con la mirada. Me quedé tendido en el suelo.

La puerta

Una de las imágenes más comunes en época navideña es la de una persona cargada de paquetes, generalmente regalos, intentando con dificultad entrar a su casa. Un día que yo era una de esas personas, me tocó sufrir la complicación de salir de la tienda con no pocas bolsas en ambas manos llenas de complicadas cajas que apenas entraban y cuyas asas me estaban poco menos que desgarrando los dedos. Logré tomar el taxi, acomodar los paquetes como pude y dirigirme ansioso a casa para poder liberarme de tan complicada carga. A medida que íbamos llegando, ya iba sacando mis llaves del bolsillo, ordenando la “logística” para poder bajar, entrar y descargar rápidamente cuando noto a cierta distancia que hay dos personas paradas en la puerta del edificio conversando, una de ellas bloqueando la puerta pero con la misma abierta por lo que pensé “pasaré más rápido y fácil, que suerte”. El taxi se detiene, pago, me bajo y le agradezco deseándole felices fiestas. Me acomodo con las cosas lo mejor que puedo y me acerco a la puerta torpemente. Cuando ya estaba cerca, salude a ambas personas, jóvenes de aproximadamente 25 años (somos nuevos en el edificio y aun no conozco a todos) pero no me devolvieron el saludo, de hecho me pareció que sonrieron. La persona que bloqueaba la puerta apenas se movió dejando una rendija por la cual no pasaría sin paquetes, menos con ellos. En ese momento noté que habían decidido que sería su diversión del momento. “No lo dejes pasar, a ver como hace”. De todos modos lo intenté para que sienta y note que… NO PASO!!! y lo acompañé  con un “permiso por favor” que no recibió siquiera una mirada del graciosito, logrando que se mueva “un poquitito más”. Nuevamente, ya con mayor fricción, intenté pasar y le volví a repetir mas fuerte que me diera permiso, se movió apenas más dejando que uno de mis brazos pase por completo supongo que pensando “ya se atoró”. Realmente perdí todo espíritu navideño en ese momento, me las arreglé para aprovechar ese brazo y, dejando caer los paquetes, hice un giro para tomarlo violentamente por el cuello. Soy zurdo, por lo que ese era mi brazo fuerte y lo sorprendí con la reacción. Apreté muy fuerte haciendo candado, perdimos el equilibrio y caímos pesadamente al suelo golpeándonos contra el borde de la puerta y el suelo.

La verdad

Estoy seguro que en este momento todo lector que logró llegar hasta aquí pensará que tienen estas tres historias en común, de las cuales a duras penas es creíble la tercera. Es decir, una guerra mezclada con un safari y un matón navideño está medio raro. Bueno pues, lo primero que tienen en común es que si no lo notaron, en los tres casos yo termino en el suelo al final del relato, algo golpeado y luego de un movimiento brusco. Esto se debe a que en los tres casos, luego del movimiento brusco lo que realmente pasó fue que me CAI DE LA CAMA. Así es estimados todos, fueron tres sueños extremadamente reales, lo suficiente para producirme una estrepitosa (y dolorosa) caída de la cama y para darle a mi esposa la sensación de TEMBLOR. La conversación que tuvimos en cada caso al levantarme y notar que no estaba ni en la guerra ni de safari ni en plena pelea callejera me la reservo, pero les diré que pocas veces nos hemos reído tanto.

Reflexiones

1.       Creo que necesito cambiarme de lado de la cama (aunque le caería encima a mi esposa).
2.       ¿Alguien conoce a alguien que analice sueños? Mi madre me dice que vaya donde una bruja.
3.       De una u otra manera, mi esposa no se aburre conmigo en la cama.
4.       Al día siguiente de cada caída, la familia, amigos y todo el que se cruza en su camino escucha la hilarante historia del grandazo de 1.85m y 36 años que se cae de la cama.
5.       Jamás olvidaré que luego del sueño de la granada más de uno, empezando por Victor Hugo, me saludaron simulando con la boca retirar el seguro y lanzándome el artefacto ese.
6.       ¿Cuál será el siguiente?

miércoles, 28 de diciembre de 2011

SONETO VACÍO


Allá por el 2007, una madrugada en que mi hoy esposa y yo discutimos y decidimos que lo mejor era separarnos, supe desde el fondo de mi corazón que si realmente eso sucedía algo en mi iba a morir. Ante esa posibilidad, escribí este poema. Afortunadamente, luchamos mucho por nuestro amor y hoy somos un feliz Matrimonio. Cuando sientan muy dentro que muy por encima del enamoramiento, de la pasión y del deseo de estar juntos, existe una conexión natural, algo que transmite normalidad, como que lo lógico es estar juntos, como que la vida dice que esto está bien, LUCHEN HASTA EL FINAL. Están frente al amor de su vida.


Comparto con ustedes este poema, afortunadamente el ser vil, ajeno y vacío no duró mucho.



SONETO VACIO


Hoy perdí la vida y recuperé soledad
Hoy perdí lo que mas quería y recupere amargura
Hoy, en una palabra, perdí la ternura
Hoy toque por última vez mi realidad.


¿Ayer? ayer creía que era feliz siendo así
Ayer soñaba despierto y dormía sonriendo
Ayer quería creer tu juramento, seguirlo creyendo
Ayer era mi razón de vivir tenerte aquí.


Entre ayer y hoy un hombre bueno murió
En unas horas nació un ser vil, ajeno y vacío
Algún hijo de la vida, algún hijo de mi muerte.


Ese que siempre negué y al final se quedó
Ese que nunca fui yo ni tuvo nada mio
Ese que espero, sin embargo, no tenga mi suerte.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Manifiesto 2011-2012


Como jugando se pasa la vida, como jugando el tiempo vuela y como jugando empiezas algo pequeño y se puede convertir en parte importante de tu vida.
 
 
No pensé que un manifiesto honesto que hice hace dos años, literalmente cambiaría mi vida. Es así que mi Manifiesto de Vida ha desencadenado muchos cambios, mejoras y compromisos que un año después evalué, ratifiqué y modifiqué en mi Manifiesto 2010-2011 y, hoy que me toca publicar el 2011-2012, creo que es momento de analizar nuevamente.
 
 
En el último manifiesto aun quedaban en mí algunos remanentes de filosofía, de deseos de analizar abstractamente la felicidad, la amistad y otras formas de emociones. Hoy, aunque sigo siendo ese loco soñador, me he vuelto un escritor un poco más pragmático y concreto, que narra más y divaga menos, debe ser también porque mi año ha sido bastante concreto y muy real. Les cuento un poco que pasó con lo que prometí y como se cumplieron o no algunas cosas.
 
 
Ha sido un año de consolidaciones. Mi matrimonio ha cumplido su primer aniversario y es sin duda, lo mejor que me pasó en la vida. Peco constantemente de mermelero, sobón y super patero con mi esposa pero es solo porque se lo merece, hace de mi un mejor hombre, un mejor esposo y un mejor hijo. Se merece mucho más que unas líneas casi diabéticas de amor y espero poco a poco írselo dando. Se merece además que hubiera podido cumplir mi promesa de llevarla al altar y no lo hice, tomamos decisiones importantes que no lo permitieron pero creo que estamos felices con ellas y, si Dios lo permite, en el 2012 podremos cerrar ese pendiente tan importante.
 
 
Por otra parte, me comprometí conmigo en dos cosas: escribir y hacer deporte. Ambas parecieron tareas imposibles por más que lo intentara. Escribir fue más fácil, abrí este BLOG y mi compromiso con la gente me hizo escribir lo más seguido posible, aunque con sendas lagunas, de hecho hoy mismo salgo de una de ellas. Lo del deporte si fue cosa complicada. Me estrené en el tenis y a dos semanas de empezar, me dicen que tengo escoliosis y que no podía jugar seis meses. Justo al cumplirlos, descubrí que es posible ser un atleta de sala comedor y divertirse. Me compré el famoso Play Station 3 (PS3) con  Move que convierte la sala en un campo de golf, tenis, vóley o lo que se te ocurra pero, por sobre todo, en un centro de alto entrenamiento mediante un dichoso jueguito: EA Sports 2. Ese aparatejo ha logrado que mi cuerpo empiece a estar más saludable, mi mente más ágil y mi humor más alegre. Difícil creer que algo diseñado para el sedentarismo pueda ser la solución para volver a hacer deporte, pero totalmente cierto. Ahora bien, al igual que con el BLOG, he tenido una laguna de dos semanas que ya deseo superar y retomar los entrenamientos. Lo importante en todo esto es que ambos compromisos los cumplí, los planeo seguir cumpliendo y me hacen muy feliz.

Mis compromisos para el 2012 son más breves y sencillos:
 
 
1.     Continuar con lo iniciado en el 2011.
2.     Buscar todos los días que mi Mamama, mi Madre y mi Esposa sean las mujeres más felices del mundo.
3.     Consolidar definitivamente mi hogar con los recursos necesarios para que mi esposa y yo nos miremos a los ojos y podamos decir BUEN TRABAJO, MISIÓN CUMPLIDA.
4.     Recuperar afectos si los perdí, fortalecer los que mantuve, desarrollar los que genere en el año y sobre todo, renovar todos los días mi fe en el ser humano para que más seres humanos depositen, renueven o mantengan su confianza en mi.
5.     Si la vida me da el regalo de la vida, ser el mejor y nunca fallar. NUNCA.
6.     Darle a la vida más de lo que nos da, para que menos niños tengan que olvidarse de serlo. Fundar amor, fundar solidaridad, fundar las bases de un trabajo que será parte vital para nosotros.

Y cierro este nuevo Manifiesto tan igual como cerré el anterior y el anterior a ese, con estas palabras que empiezan a tatuarse en mi alma:

“Demando de todos los que lean este manifiesto a cobrarme cada palabra como deuda y a exigirme esa sonrisa real, esa sonora carcajada, ese amor incondicional que me atrevo a ofrecer en estas líneas. Los convoco a ser parte de mi vida para así yo poder decir que soy feliz, los invito a mis sueños y a compartir juntos una sola gran idea, un bello concepto llamado esperanza. Les pido paciencia y tolerancia cuando ni yo mismo me soporte y a cambio tienen en mi la lealtad de un amigo sincero, les regalo mi tiempo a cambio de nada, les pido el suyo cuando crean que podamos compartirlo.

En suma y en resumen, proclamo que soy feliz. Ofrezco seguirlo siendo y espero ser capaz de dar más felicidad de la que reciba hoy, el año que viene y los sucesivos. Es todo lo que puedo prometer, lo demás que venga solo!!!”