sábado, 13 de agosto de 2011

TRISTITIA (Abraham Valdelomar - 1916)

Sirvan estas breves líneas de homenaje a quien es mi inspiración en el mundo de las letras y del pensamiento coloquial. Sirvan para recordarme que todo empezó con Valdelomar, con mi abuela y un libro en su mesa de noche, con un Caballero llamado Carmelo y una madre triste. Con una alegría que preferí no aprender y un poema que será siempre mi favorito, porque mi abuela me lo enseñó, porque Valdelomar lo escribió y porque entre los tres lo recitamos siempre que necesitamos recordar que tenemos una conexión eterna. Gracias mamama, gracias maestro, gracias vida.

TRISTITIA (Abraham Valdelomar - 1916)

Mi infancia que fue dulce, serena, triste y sola
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañar doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía;
el cielo, la serena quietud de su belleza,
los besos de mi madre una dulce alegría
y la muerte del sol una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar,
sentía el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado del mar.

Y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar...

Abraham Valdelomar (1888-1919)


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